América Latina está al borde de una gran transformación. Este es un momento decisivo para nuestra región, ya que vemos que las economías de los principales países muestran signos de recuperación. A su vez, con la Cuarta Revolución Industrial y el creciente impacto de la tecnología en la vida de las personas, no sorprende que las nuevas empresas tecnológicas estén impulsando este movimiento.
Según datos del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la inversión internacional en empresas tecnológicas latinoamericanas se ha más que duplicado en los últimos cinco años, especialmente en 2017, cuando empresas como SoftBank, Didi Chuxing y TPG invirtieron en empresas en México, Brasil, Argentina, Perú y Colombia.
El punto culminante de este renacimiento de la innovación en América fue la creación del primer unicornio de la región, cuando la aplicación brasileña 99 fue adquirida por la compañía china Didi Chuxing, con una valoración estimada de $1,000 millones de dólares.
¿Cómo escalamos este movimiento de puesta en marcha y cómo aprovechamos la tecnología para hacer crear nuestras economías?
Analistas del WEF aseguran que, lo primero, es aplaudir el éxito de estas empresas. Según ellos, tanto políticos como gobiernos deben hacer un mejor trabajo para limitar la burocracia que implica abrir y administrar un negocio en América Latina.
“Eso incluye el uso mejorado de la tecnología, en el autoservicio ciudadano, por ejemplo, pero también la mejora de la legislación laboral y la provisión de nuevas empresas con más flexibilidad”, indican.
En segundo lugar la experiencia por sobre el producto.
“No piense demasiado en el producto. Sea ágil y concéntrese en el cliente. Las empresas exitosas en la región, que están en vías de convertirse en unicornios, están logrando estos objetivos con un enfoque central: el éxito del cliente. Tenga en cuenta que un buen número de nuevas empresas tecnológicas fracasan porque carecen de clientes, no de financiación”, destacan.
Un ejemplo es Canal da Peça, un mercado con sede en Brasil y que opera en toda América Latina. Su propuesta de valor es reducir la fricción en la economía haciendo coincidir personas y empresas que buscan y venden piezas de automóviles. Construyeron su negocio con la premisa de que el éxito del cliente es primordial, incluso más importante que la tecnología misma. Este enfoque les ha ayudado a expandir los negocios a una tasa del 16% mensualmente.
El tercer punto es crear una estrategia para desarrollar nuevos talentos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reportó 26 millones de desempleados en América Latina y el Caribe en 2017. Nuevamente, existe una oportunidad para que las empresas emergentes llenen este vacío y sean competitivas. Según un informe de IDC, titulado Salesforce Economy, los avances en tecnología, junto con una fuerza de trabajo que adquiere nuevas habilidades, ayudarán a impulsar 3.3 millones de nuevos empleos y más de $859,000 millones en nuevos ingresos de negocios en todo el mundo para 2022.
Este ingreso tiene un impacto directo en las economías locales. En México hay espacio para más de 81,000 nuevos empleos, mientras que en Brasil se espera la creación de más de 195,000 empleos directos para 2022.
Ahora bien, para aprovechar estos logros, los analistas consideran que la región necesita plataformas educativas en línea y gratuitas que permitan una educación masiva, a su propio ritmo y escalable.
