La alcaldía Álvaro Obregón, en Ciudad de México, anunció el viernes el lanzamiento del microsatélite MXÁO-1, el primero —según la demarcación— desarrollado por un Gobierno local en México y América Latina.
A través de su cuenta de X, la alcaldía informó: “Hicimos historia: nuestro #SatéliteMXÁO1 ya está en órbita. ¡En Álvaro Obregón soñamos en grande!”.
El microsatélite fue lanzado desde la base aérea de Vandenberg, California (Estados Unidos), como parte de la misión Transporter15, en la que participaron 58 satélites de 16 países, de SpaceX, la empresa aeroespacial estadounidense fundada en 2002 por Elon Musk.
Al anunciar el lanzamiento, el pasado 14 de noviembre, el alcalde de Álvaro Obregón, Javier López Casarín, afirmó que “somos la prueba de que todo es posible y de que la innovación puede nacer desde lo local para escalar sus beneficios a todo el país”.
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¿Qué hará el microsatélite MXÁO-1?
Desde su órbita, de 500 a 550 kilómetros de altura, el MXÁO-1 captará imágenes multiespectrales de alta resolución (1.5 megapixeles) que serán analizadas en el Centro de Monitoreo y Análisis MXÁO-1, ubicado en Santa Fe.
Dicha información, aseguró la alcaldía en un comunicado, permitirá monitorear el medio ambiente, anticipar riesgos naturales, optimizar la movilidad urbana, mejorar la infraestructura, fortalecer la seguridad pública y apoyar proyectos de desarrollo social en beneficio no solo de los habitantes de Álvaro Obregón sino de todo el país.
El proyecto es un modelo de colaboración entre el sector público, academia e industria, donde el Gobierno local funge como organizador y catalizador, convocando a empresas tecnológicas y universidades a trabajar de forma conjunta.
En este esquema, el Clúster Universitario de Alto Nivel, integrado por 25 instituciones de educación superior públicas y privadas, es el eje científico del programa.
Microsatélites reducen costos
Un microsatélite se define por su masa, generalmente oscilando entre 10 y 100 kilogramos, de acuerdo con la clasificación estándar de la Agencia Espacial Europea (ESA) y otras entidades.
Estos dispositivos contrastan con los satélites más grandes y se han popularizado debido a la reducción de costos en el desarrollo y lanzamiento, impulsada por la miniaturización de componentes electrónicos y la disponibilidad de servicios de lanzamiento compartido, como el programa Transporter de SpaceX.
Los microsatélites suelen ser desplegados en órbitas terrestres bajas (LEO), generalmente a menos de 1,000 kilómetros de altitud, donde cumplen misiones específicas relacionadas con observación de la Tierra, telecomunicaciones o investigación científica.
El desarrollo de esta tecnología permite a entidades no gubernamentales o subnacionales, como ayuntamientos o universidades, acceder a la capacidad de monitoreo espacial.
Las cargas útiles de los microsatélites con frecuencia incluyen sensores ópticos para la adquisición de imágenes de mediana o alta resolución, antenas para la retransmisión de datos o instrumentos para la medición de parámetros atmosféricos.
El tiempo de vida útil de un microsatélite varía en función de su órbita y diseño, pero en LEO, su vida operativa antes de la reentrada atmosférica controlada o natural puede extenderse de uno a cinco años.







