La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos perdió a otro alto mando: la directora ejecutiva Bridget Bean, quien dejó el cargo el miércoles pasado.
Su salida se produce en medio de una fuga de talento de CISA y otras dependencias del Gobierno federal, con algunos despidos y otros que aceptaron la oferta para renunciar al servicio público de la administración del presidente Donald Trump.
Al 30 de mayo pasado, los jefes de cinco de las seis divisiones operativas de CISA y seis de sus 10 oficinas regionales habían dejado la agencia, y alrededor de 1,000 personas, casi un tercio de su personal total, según informes, habían salido desde que Trump asumió el cargo.
Una de estas personas declaró al sitio The Register cómo una “cultura del miedo comenzó a permear la agencia” bajo la nueva administración, y cómo esto perjudicó la misión de la principal agencia de ciberdefensa del país.
El exfuncionario añadió que “nuestros desafíos de seguridad nacional son innumerables, y se requieren muchas perspectivas diferentes para analizar esas amenazas, esos desafíos, analizar el panorama completo para comprender qué se debe hacer para proteger a la nación. Si no se puede pensar con libertad, con creatividad, se está perjudicando a la nación y a nuestra seguridad en general”.
Es probable que haya más recortes a medida que los legisladores debaten cuántos millones de dólares recortar del presupuesto de la agencia ($495 millones de dólares, como propuso el presidente, o apenas $135 millones de dólares, como sugirió un subcomité de la Cámara de Representantes).
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Directora ejecutiva de CISA se despide
Bean, quien se desempeñó como jefa de facto de la agencia durante cinco meses, tras la salida de Jen Easterly, exdirectora de la CISA, en enero de 2025, anunció su “retirada oficial del servicio federal una vez más” en una publicación de LinkedIn.
“Mi tiempo en la CISA ha sido verdaderamente extraordinario”, escribió. “Haber tenido el privilegio de desempeñar las funciones de directora de la CISA durante cinco meses ha sido un gran honor”.
La portavoz de CISA, Marci McCarthy, en un comunicado enviado por correo electrónico a The Register, afirmó que la agencia “expresa su sincero agradecimiento a la Directora Ejecutiva Bridget Bean por sus más de 30 años de distinguido servicio al gobierno federal”.
“Su liderazgo ha sido fundamental para fortalecer la eficacia operativa de la Agencia, implementar eficiencias organizativas e impulsar prioridades clave alineadas con las iniciativas del presidente Trump”, continuó el comunicado. “Agradecemos su compromiso, integridad e impacto, y le deseamos lo mejor en su merecida jubilación”.
Nombramiento pendiente
La página de liderazgo ejecutivo de la CISA ahora incluye a Gottumukkala como directora interina, y la agencia continúa sin un líder confirmado por el Senado. El presidente Donald Trump nominó a Sean Plankey para el cargo de director de la agencia, y su nominación está programada para ser considerada esta semana por el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado.
Sin embargo, su nombramiento aún requiere la votación del pleno del Senado. El senador Ron Wyden (demócrata por Oregon) ha declarado que seguirá bloqueando la confirmación de Plankey hasta que la CISA publique un informe no clasificado sobre la débil seguridad de las redes de telecomunicaciones estadounidenses.
Al momento de su salida, Bean llevaba tres años y medio en la CISA y más de tres décadas en el Gobierno federal, incluyendo un puesto como tercera funcionaria de mayor rango de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
Antes de aceptar la posición, fue la primera directora de integración de la CISA. En este puesto, “lideró la integración de las operaciones de la agencia y se aseguró de que el personal regional de primera línea de la CISA brindara un soporte eficiente a la infraestructura crítica de la que dependen los estadounidenses a diario”, según su biografía en el sitio web de la agencia.