La Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), Suiza, está probando un sistema de voto electrónico basado en la tecnología blockchain que considera podrá establecer un garante de confiabilidad sin precedentes, porque no es un sistema centralizado sino que requiere la participación y validación por parte de todos los actores.
El sistema desarrollado por la EPFL es de código abierto, se basa en la tecnología blockchain, acumula garantías relacionadas a la criptografía anónima y a la verificación descentralizada de los procesos. Se planea que esté disponible a través de la plataforma de software del Center for Digital Trust (C4DT).
A través de un comunicado de prensa, la institución afirma que el voto electrónico ha despertado interés de un número creciente de organismos tanto en Suiza, como en el extranjero. El cantón suizo Zoug –que rodea la parte norte del Lago Zurich– está probando esta semana un cuestionario en línea para sus habitantes, un primer paso hacia el voto electrónico.
Las dudas acerca de la seguridad de un sistema centralizado han frenado la puesta en marcha de este tipo de sistemas comiciales. Por ahora, el desarrollo del Laboratorio de sistemas descentralizados y distribuidos de la EPFL se ha probado exitosamente en las elecciones internas de la institución.
La EPFL dio a conocer que el sistema permite descentralizar la gestión de los votos y su conteo siguiendo el principio de la “confianza distribuida” del blockchain: en lugar de confiar el proceso a un solo servicio central, se utilizan máquinas administradas de manera independiente por diversos organismos, que tienen una responsabilidad colectiva.
La cadena de bloques genera códigos únicos, o claves privadas para cada usuario, lo que protege la identidad de los votantes. El sistema permite a los usuarios conservar el control de sus datos privados y evitar su uso indebido por parte de terceros. El resultado de la elección es transparente, verificable y se garantiza su validez.
Bryan Ford, investigador del Laboratorio de sistemas descentralizados y distribuidos de la EPFL, afirmó que al aplicar su experiencia en técnicas de descentralización han podido reforzar el atractivo del voto electrónico “para responder a necesidades legítimas de electores y de autoridades electorales”.
Ford dijo que esta aproximación se puede volver clave en caso de votaciones sensibles, donde la sospecha de irregularidades es frecuente. Con este sistema distribuido, los participantes podrán asegurarse de la validez de los resultados y tomar parte activa de la seguridad de la votación.
Oliver Crochat, director ejecutivo del C4DT, consideró positivo que este sistema requiere poca infraestructura y es fácil de poner en funcionamiento, por lo que podría aplicarse en una amplia variedad de escrutinios.
Esta semana el gobierno suizo informó que está analizando introducir de forma permanente un sistema de votación electrónica como alternativa al que utiliza boletas electorales. Para octubre de 2019, se pondrá en operación la votación electrónica en al menos 18 de los 26 cantones de aquel país.