Luego del “boom” que ha adquirido la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) mediante herramientas conversacionales como ChatGPT o Bard, es necesario ser cuidadosos en la protección datos personales.
Durante una jornada dedicada a conmemorar el Día internacional de la Protección de datos personales organizada por el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México (Info CDMX), Josefina Román, comisionada del INAI afirmó que nuestra información personal se ha convertido en moneda de cambio en la era digital y lo más alarmante es que se entrega con gran facilidad.
La funcionaria citó datos de la UNAM, los cuales indican que cerca de 80% de la gente utiliza AI sin darse cuenta, ya que cada interacción en línea, cada compra, cada clic dejan rastros que forman una estela digital.
Román subrayó la importancia de garantizar que nuestros derechos digitales evolucionen al mismo ritmo que la tecnología. “Los derechos a la privacidad, la transparencia y el consentimiento informado deben ser pilares indestructibles”
Por ello, dijo que es necesario repensar las leyes y normativas que salvaguardan nuestra información: “Es crucial reflexionar acerca de cómo estas innovaciones pueden afectar nuestra privacidad”.
Durante la inauguración de la jornada, Lizette Enríquez, comisionada ciudadana del Info CDMX, también se refirió a la necesidad de explorar la regulación de la AI actuando de manera responsable y sentando a la mesa a múltiples actores.
Así mismo, se pronunció por la defensa de los órganos autónomos garantes de la transparencia y protección de datos personales que hace tiempo están en el ojo del huracán. “Tutelan nuestros derechos desde una perspectiva técnica y especializada que los vuelve parte fundamental de la democracia mexicana”.
Conocer para legislar
Durante la mesa “Tratamiento de datos personales en la AI”, el chileno Guido Girardi, vicepresidente ejecutivo de Fundación Encuentros del futuro, citó que solo se necesitan 33 datos para identificar a un individuo entre ocho mil millones de personas.
Cuando se trata de legislar para proteger la información personal “descubrimos que tenemos una administración pública maravillosa, pero que fue hecha para una época que ya no existe. No dialoga. En Chile, el tiempo que va entre la presentación de una iniciativa de ley y su promulgación puede demorar 15 años”.
En opinión de Girardi, el gran desafío es readecuar las instituciones, los parlamentos: “Calculo que solamente 1% de los parlamentarios del mundo entienden lo que es un algoritmo. ¿Cómo van a regular algo que no conocen?”
En el caso de México, cabe recordar que en octubre de 2020 se presentó en el Senado de la República una iniciativa para una Ley de ciberseguridad. Así mismo, en abril de año pasado surgió otra iniciativa de ese tipo en la Cámara de Diputados; se turnó a las Comisiones Unidas de Seguridad Ciudadana y de Ciencia, Tecnología e Innovación para dictamen y aún no se tienen noticas de su posible promulgación.
Y, si bien, el Código Penal Federal y la Ley de Instituciones de Crédito contemplan sanciones a delitos informáticos, e, incluso hay sanciones a quienes no den un tratamiento adecuado a datos personales de terceros, aún no hay una Ley de ciberseguridad en el país.
Trabajar con lo que hay sin desproteger los datos personales
Alejandra Pineda, experta en ciberseguridad y protección de datos personales, se mostró a favor de mejorar lo que hay. “Quitemos lo que no funciona. Pero no nos detengamos ni creamos que porque no hay una Ley de ciberseguridad en el país se puede hacer lo que se quiera”.
Y Nuhad Ponce, socia fundadora de la firma de abogados Ponce Kuri, se manifestó a favor contar con una ley que ayude a dar cierto orden y a tener ciertos criterios para la previsión, investigación y, en su caso, sanción de algunos delitos, así como a coadyuvar entre autoridades y ciudadanía a una mejor cultura preventiva de estos temas.
En este contexto, Andrea Mendoza, profesora Investigadora de la División de Estudios Jurídicos del CIDE, enfatizó que habría que estar construyendo normas que protejan a la persona y que establezcan límites claros. Al respecto se refirió a las brechas que puede haber en el terreno de la biotecnología: “Suena maravilloso que sea posible insertar un chip en un ser humano para mejorar su rendimiento o curar el Alzheimer, pero no hay que perder de vista quién tendrá acceso a esa tecnología, quién es dueño de esa empresa, quién tiene injerencia en los datos y quién va a decidir el futuro de la humanidad”.