Cinco mitos y malentendidos comunes respecto a la nube híbrida

Una de las tecnologías más revolucionarias de los últimos años ha sido acompañada paso a paso por información poco confiable, miedos y riesgos desproporcionados y una desconfianza respecto a los beneficios finales. Si bien se ha avanzado considerablemente desde los tiempos en que la nube era vista como un peligro más que una oportunidad, modelos de despliegue como el de la nube híbrida aún arrastran muchos mitos que ralentizan su adopción masiva.

Esto es hoy especialmente relevante, ya que de acuerdo a la más reciente IT Masters Cloud Survey casi el 80% de las organizaciones mexicanas ya opera con servicios en la nube, y alrededor del 75% cuenta con dos o más proveedores de nube.

Para despejar dudas y aclarar los beneficios que el modelo híbrido presenta, IT Masters Mag diseñó la siguiente galería que confronta los cinco mitos principales que lo afectan:

 

Cinco mitos respecto a las nubes híbridas
Mito 1: Nube pública + Nube Privada = Nube híbrida
A pesar de que en líneas generales el modelo de nube híbrida requiere necesariamente la utilización tanto de la pública como de la privada, lo cierto es que una verdadera nube híbrida implica el uso de estos dos despliegues de una forma que limite los riesgos e incremente la productividad de la organización. La nube híbrida combina los beneficios de la nube pública, como la flexibilidad y bajos costos, con el desempeño y la seguridad de una nube privada y, por lo mismo, debe alojar las aplicaciones y servicios que mejor se acomoden a cada una después de una planificación profunda que considere qué dará mejor resultado para la operación.

De no planear suficiente el despliegue podría terminarse incluso incrementando los riesgos de cada modelo sin contar necesariamente con los beneficios que deberían entregar. La migración de datos hacia la nube pública podría, por ejemplo, violar leyes de protección de la privacidad, o el traslado de aplicaciones desde el modelo público al privado podría generar costos inesperados. Una nube híbrida óptima implica el control de las cargas de trabajo, del almacenamiento y de los recursos de red en una forma que limite los riesgos y aumente la productividad: la orquestación es clave.

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Experto en gatos, libros y en los intrincados procesos tecnológicos que atraviesan el funcionamiento de las sociedades en todas sus expresiones.

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